viernes, 25 de noviembre de 2011

Una final, gloria eterna

San Juan.- Los hinchas de Unión vivieron el partido a su manera. Gozaron. Sufrieron. Pero terminaron festejando, porque por un rato se sintió un equipo de primera. Y eso no se lo saca nadie.

El sol pegaba como nunca. Rafael decidió sacarse la camiseta y colgarla en el manubrio de la bicicleta. Al pasar a buscar a Santiago para ir a la cancha se encontró con Roberto que llevaba el mismo destino. Iba con su hijo, Alejandro.

- ¡Ehh, Beto! ¿Qué hacés? ¿Te vas para el Bicentenario?
- Sí, que te parece, y me lo llevo a éste antes que la madre lo casque. Se mandó una macana en la escuela y la madre lo puso en penitencia. Ya sé que hago mal y que esto me puede costar el divorcio pero igual lo llevo, porque otro partido como éste no habrá. Y si esto no es suficiente para divorciarme, cuando se entere que me escapé del laburo... Le dije al jefe que me sentía muy descompuesto, pero esto de que cambiaron el horario para más temprano me mató.
- Va, si Unión lo vale. Vamos, estamos todos.

Por calle cinco enfilaron en sus bicis. Todavía no eran las cinco de la tarde y el asfalto parecía entregarle fuego a las cubiertas desgastadas de la todo terreno de Rafael.

Se fueron por el lateral y cuando encararon por la zonas de los hoteles se dieron en cuenta de lo que les esperaba. No era el calor y la soledad. Ya había mucho movimiento, y la imaginación comenzó a rodar.

- Che, Raúl, te acordás cuando fuimos a la cancha de Alianza, en el 86, para jugar con Lanús el primer partido del Nacional B que jugaba un equipo sanjuanino.
- Sí, me acuerdo, estuvimos en la tribuna este. Perdimos 1 a ...
- No te acuerdes de eso... no lo menciones. Hay que cumplir las cábalas. Esas palabras no se mencionan. Hoy que es un día tan importante. Hoy venimos para alentar, para gozar y también para soñar.
- Uhh, ya están habilitadas las entradas. Vamos -dijo Roberto.

Entrar al Bicentenario fue como la gloria misma. Pensar en grande. Soñar en grande. Casi dos horas por delante para el comienzo del partido. El corazón le latía fuerte a todos. Sentados en lo más alto de la tribuna, esperaron.

- Che, Roberto. ¿Qué hora es?
- Las 6.20.
- ¡Ufff, qué mucho que falta!
- Y en la radio están diciendo que el partido se retrasó media hora.

Las primeras banderas van apareciendo. “Los pibes de la Calvento”, “Los Indios del Sur”, “La Devoto”, “Barrio Belgrano”. Lentamente se va poblando la tribuna norte. Todos llegan cantando. Y así, va creciendo la ansiedad por el comienzo del partido. Los primeros cánticos bajan y todos se pegan.

Rafael se sienta. Se para. No le encuentra la posición. Son los nervios. El equipo entra a la cancha para hacer la entrada en calor...

- ¡Ay, viejo! si estuvieras acá. Verías lo que es esta fiesta. Ya hemos llenado la mitad de la tribuna. Bueno, si vos estás en el cielo lo debes estar mirando. Se me corre una lágrima y eso que todavía no comienza. Soy feliz, no importa si ganamos o perdemos, ya estoy hecho.

El partido comienza, al mirar las caras en las tribunas muchos están emocionados. Todavía no caen, no saben donde están.

El tiro libre de Molina lo entusiasmó y cuando la pelota entró, muchos recuerdos se le vinieron a la cabeza. Desde aquel ascenso del 2009 al descenso del año pasado. De esa inmensa alegría de haber clasificado al primer nacional B de hace 25 años. ¡Goooooooooollllllllllllll! Ese grito sagrado que no tiene comparación con éxtasis alguno levantó a todos en la tribuna norte.

Duró poco. Nada. Como ese mango que se va rápido del bolsillo. El segundo fue una puñalada al corazón. Sin embargo, no era tiempo de amargarse. Era tiempo de disfrutar y soñar sin importar el resultado final.

Para el Rafa, el partido ya es historia. El camino a casa parece más largo de lo habitual. El calor ya no es tan intenso. No importa el resultado. No importa lo que viene. Solo importa lo vivido, jugar contra un equipo de primera que no tiene los nombres de primera, pero que tiene su historia, una historia grande, como la de Unión. Y por eso, con la camiseta puesta, se fue cantando bajito camino a casa. … “Aunque gane o pierda no importa una m... sigo siendo de Unión, porque a Unión lo quiero…, porque a Unión lo quiero”.

DIARIO EL ZONDA - SAN JUAN - www.elzonda.com.ar

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