jueves, 16 de diciembre de 2010

El Triunfo es tuyo

Rojo y el trapo de su hincha personal. Dos campeones del barrio El Triunfo.

Matías Fiori, un fana del Pincha que sufrió un grave accidente, se recuperó con la fuerza que le dio ver a Estudiantes. Y le dedicó una bandera a Rojo, de su barrio.

La vida de Matías Fiori cambió en un segundo de distracción. Hace seis años calculó mal y resbaló del tren en el que viajaba hacia su casa. Las consecuencias fueron trágicas: perdió parte del brazo izquierdo, la pierna derecha y en la columna debieron ponerle una placa de titanio con ocho clavos, consecuencia de una fractura. Tenía apenas 18 años.

Luego de seis difíciles meses de internación, este hincha fanático de Estudiantes, oriundo del barrio El Triunfo, pasó de la cama a la silla de ruedas y cuando parecía algo inalcanzable, pudo volver a pararse sostenido por muletas, que hoy ya no necesita. Los alicientes de una persona para dejar atrás una situación así pueden ser varios, aunque en el caso de Fiori su pasión por Estudiantes fue un firme sostén desde donde comenzó su recuperación: “El Pincha siempre me dio fuerza para seguir adelante. Pensar que los jugadores se esfuerzan por obtener lo que quieren, significa que cualquiera puede lograr cualquier cosa”, dice Matías, quien dentro de esta familia llamada Estudiantes encontró a un viejo conocido suyo al que declararle su más profunda admiración: Marcos Rojo, quien viajó a Alemania para arreglar su incorporación al Spartak de Moscú y fue una de las revelaciones del campeón de Sabella. ”A Marquitos lo conozco desde chiquito. Y acá estoy, bancándolo, para que tenga claro que siempre voy a estar con él”, explica el hincha.

El Chino, como es conocido Fiori en la ciudad de las diagonales, sonríe y menea la cabeza. Se prepara para narrar lo más extremo que hizo para ver al club de sus amores: “Faltando dos días para jugar contra Cruzeiro en Brasil, se me rompió la pierna ortopédica”. ¿Qué hizo? Se olvidó de todo: “No me importó nada, ja. Me fui en una gamba a Belo Horizonte, me llevaron entre dos, a caballito, y entré a la cancha para ver al Pincha campeón de América”.

El trapo de Fiori es blanco y con letras rojas reza: “Marcos Rojo: humildad, talento y corazón. Barrio El Triunfo presente”. Es un reconocimiento sencillo y humilde, casi como su familia, compuesta por sus seis hermanos, su mamá y el esposo de ésta. “Han sufrido conmigo y siempre estuvieron a mi lado. Fueron vitales para mi recuperación”, resume Fiori.

Con la misma tranquilidad con la que decidió lanzarse a las rutas como mochilero y escalar el volcán Chaitén hace casi un año, este luchador incansable también revela que su mejoría estuvo basada en tres pilares fundamentales: su familia, su amor por Estudiantes y los temas de Los Redondos de Ricota. “La Brujita Verón y el Indio Solari, los dos mejores pelados de la Argentina”, remata Matías. Y agrega: “la música es algo que tampoco me dejó caer, es un elemento que me dio mucha fuerza y alegría”. El objetivo del fanático era sencillo: conseguir que Rojo viera el homenaje. “Ojalá la firme”, susurraba ilusionado y exaltado. Con la humildad que tienen los grandes, pero apenas pisando las dos décadas de vida, el lateral izquierdo ni dudó en sacarse una foto posando junto con la bandera y su seguidor. “Ver a los chicos que siempre estuvieron al lado mío apoyándome de esta manera fue muy emocionante. Me dio un plus para las etapas finales del torneo”, confiesa, minutos después, el defensor.

Los habitantes de El Triunfo tienen un ADN especial, como si el nombre del barrio los hubiera marcado. Hay un gen de lucha y sacrificio que convierte a los oriundos de ese lugar en verdaderos campeones. Algunos en la vida y otros dentro de una cancha de fútbol, como Rojo.

DIARIO DEPORTIVO OLE

2 comentarios:

  1. Grann Nota!! un ejemplo el pibe!

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  2. Felicitaciones!!!
    Y aunque me encuentre por mi trbaajo viviendo en un apartamento en Buenos Aires, mi corazon, mi escencia, mi todo se encuentra en mi querida MarDel que tanto extraño
    felicitaciones en serio
    saludos...

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