jueves, 2 de diciembre de 2010

El Rastrojero de Verón, de mito a realidad... "Tiene el tanque lleno con Eurodiesel"

Lo dijo Eduardo Vidal, el hincha de Estudiantes dueño de la máquina de la que está hablando la ciudad. Una historia que acompaña la expectativa y la ilusión de la gente


Historias de campañas. Ritos y costumbres que alimentan la leyenda.

Verón hizo inmortal una semblanza, y un hincha lo llevó a la realidad: comparar al actual equipo de Estudiantes con un Rastrojero.

Esta la historia de Eduardo Vidal, un comerciante de 46 años que hace unos pocos meses compró un Rastrojero y lo ploteó a imagen y semejanza de la sugerencia del capitán.

Tratándose de una búsqueda complicada, ya que no hay muchos exponentes de estas unidades, tuvo que rastrearlo por internet.

Con la perseverancia del Chapu Braña, nunca bajó los brazos. Viajó hasta Entre Ríos, incluso, y se chocó con un vendedor arrepentido.

Volvió con la frente en alto, y hasta llegó a perder una seña ante un posible vendedor en el Conurbano.

Al final de la búsqueda, sin embargo, dio la pieza más preciada, que durante las últimas semanas se robó los comentarios de los simpatizantes de Estudiantes en La Plata.

“¿Viste...? En la casa de Verón apareció un Rastrojero con los colores de Estudiantes”, lanzó uno, alimentando la expectativa.

“Lo usa para pasear en familia”, el argumento empezó a distorsionarse. “Es de la colección que tiene guardada”, terminaron de modificar.

Lo cierto es que en la puerta de un conocido lubricentro de la zona de plaza Paso (cerca del antiguo domicilio de Verón), la máquina luce flamante todas las tardes.

Es un objeto deseado por varios curiosos, que se posan para sacarse sacarse fotos y soñar con dar la vuelta olímpica a Plaza Moreno subidos en él. Su dueño, el padre de la película que fogoneó Sebastián, atendió a El Clásico para hechar a rodar sus deseos de Navidad.

“Desde que Sebastián hizo la comparación, me volvió loco para conseguir un Rastrojero”, puntualizó el hombre que concretó la venta en Buenos Aires.

“Estamos muy contentos, con los amigos y los chicos”, reveló en la calurosa tarde platense.

“A mi mujer no le gusta, pero... qué va a ser”, continuó relatando Vidal, que a su vez es el propietario del local que está pegado al edificio en donde supo vivir el capitán del Pincha.

“Yo tengo una camioneta Honda y esta es una locura pincharrata”, comentó el dueño del Rastrojero.

“Todos los que pasan quieren sacarse fotos, y hasta me piden que me suba”, admitió, luego de aclarar que tuvo que recorrer cielo y tierra para dar con una pieza como ésta.

Para despejar el mito, Vidal reveló el máximo secreto que tiene en vilo a los simpatizantes del Pincha: 

¿Con qué se carga el Rastrojero para cruzar con éxito la meta?
“El Rastrojero tiene el tanque lleno con Eurodiesel” arremetió entusiasmado, de cara a la recta final del torneo. 

“Eso sí, lo que dijo Sebastián de pasarlo a Gas, no va a poder ser. Sería un trabajo bárbaro”, acotó.

Soñando con la posibilidad de prestar su máquina ante eventuales festejos, Vidal sacó a relucir el lado más generoso de su personalidad.

“Esperemos que todos los hinchas de Estudiantes puedan dar la vuelta olímpica en el Rastrojero”.

Por último, el protagonista de esta particular historia sorprendió contando que nunca tuvo trato personal con la Brujita, y dejó entrever la chance de aparecerse unos de estos días en City Bell.

“Si bien en algún momento fue vecino, nunca pude charlar con Verón. Llevarle el Rastrojero a Verón sería como tocar el cielo con las manos”, concluyó a modo de deseo Eduardo Vidal.

Como canta Iván Sadovsky, el cielo le queda muy chico a los hinchas de Estudiantes. Pero este, claro, todavía mantiene el anhelo, que involucra a su ídolo, y a la leyenda que comenzó a construir.

DIARIO HOY

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