lunes, 15 de febrero de 2010

Los suplentes del Pincha le dieron un flor de susto a Independiente


Estudiantes perdió 3 a 2 ante el Rojo de Américo Gallego, dejando una buena imagen a futuro. Silvera, Gandín y Piatti marcaron los goles para el equipo de Avellaneda, al tiempo que Núñez y Morales Neumann habían empatado de manera transitoria. Volvió Angeleri y aún debe mejorar


Por Juan Pablo Ferrari

Ante los hechos consumados, una frase estridente resuena en la memoria colectiva de muchos hinchas de Estudiantes: “No hay que librar batallas que no se pueden ganar”.

Ayer, Estudiantes desafió al destino, usando un equipo de suplentes ante un equipo grande urgido de resultados. Contra todos los pronósticos, sin embargo, el experimento de Sabella estuvo cerca de dar buenos resultados. Con un planteo digno y jugadores que demostraron querer ganarse un lugar en el equipo titular, el Pincha estuvo cerca de llevarse algo de Avellaneda. Una ciudad de la que se fue con la frente bien alta, luego de haberle dado un buen susto al Rojo de Américo Gallego.

Estudiantes perdió el partido, al fin de cuentas, y no hay margen para el lamento. Eso sí, existe un espacio para el análisis de un equipo que se fue con la tranquilidad de haber dejado todo, pese a los errores defensivos que le costaron los tres puntos.

¿Volver al pasado? No, sentir un presente sin Verón en cancha, y tal vez, empezar a congeniar con la idea de no apelar siempre a la Brujita.

Ayer, Estudiantes supo de entrada, como jugar sin sentir la ausencia de su máximo conductor. Se paró firme en la cancha, y comprometió a Independiente en los primeros minutos del partido. Apostó a la verticalidad de Carrusca, devenido en delantero. Y también el aporte explosivo de Leandro González y Maximiliano Núñez.

Apenas se habían jugado dos minutos, cuando el ex delantero de Racing ingresó con pelota dominada al área tras una asistencia de Carrusca. Lejos de definir con justeza, fue bien atorado por Gabbarini que desvió el remate al córner.

El Pincha era más punzante en los inicios del partido, pero carecía de efectividad para abrir el marcador.

Independiente fue ganando tiempo para acomodarse, y empezó de a poco a gravitar con las subidas de Piatti por la derecha.

También sacó provecho de la presencia de Darío Gandín dentro del área, que fue bien tomado por Rojo, pero que contó con ciertas libertades ante la marca de Fernández.

Con llegadas en los dos arcos y el protagonismo repartido, el encuentro ingresó en un bache, del que sólo saldría en los minutos finales de la primera mitad.

Un pecado de juventud de Maxi Núñez le dio al equipo de Gallego la posibilidad de abrir el marcador, cuando Busse capturó el regalo del atacante del Pincha en la mitad de la cancha y habilitó de manera magistral a Silvera: el delantero le ganó las espaldas a Fernández y definió cruzado.

El Rojo se fue ganando el primer tiempo, en donde los dos equipos habían sumado méritos para estar llevando adelante el partido,

Lejos de relajarse, Independiente salió a quemar las naves en la parte final: de entrada Albil le sacó el segundo gol a Silvera que siempre le ganó Angeleri cuando se proyectó por la derecha. Precisamente, el Cuqui fue el encargado de armar la jugada que le posibilitó al Rojo ampliar la diferencia a los 11 minutos, cuando en un cambio de frente dejó en una inmejorable posición a Gandín. El delantero también aprovechó las ventajas que aportó Angeleri en la marca y definió cruzado dejando sin nada por hacer a Damián Albil.

Estudiantes podía haber tirado la toalla, pero se levantó de manera repentina y demostró que hasta con los suplentes derrocha hambre de seguir ganando cosas importantes. Primero fue Núñez, que sorprendió a Gabbarini con un remate desde afuera que se clavó en el ángulo. Y más tarde Morales Neurmann, todavía masticando la bronca de haberse perdido el Mundial de Clubes, quien capturó un pase de Gaitán y definió abajo ante el achique del arquero local.

El equipo de Sabella empató el partido en menos de diez minutos, y con la frescura que le aportaron los cambios se animaba a dar vuelta el marcador.

Independiente acusó el golpe, y esto le valió no desesperarse. Aprovechó la presión del ingresado Gracián en la mitad de la cancha. Pero se terminó llevando el partido con una definición de alto vuelo de Piatti dentro del área: el ex mediocampista de Gimnasia controló un cabezazo de Gandín, y ante tres defensores del Pincha se acomodó para definir en una posición incómoda. Albil, nada por hacer. Estudiantes tampoco, pese a cierta reacción que llegó sobre el final.

El Pincha se fue con la frente en alto. Dejó una buena imagen, que en nada le sirve para sumar puntos. Está claro que de seguir jugando así serán más las veces que terminará festejando.

Diario Hoy

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