domingo, 31 de julio de 2011

El fútbol, según quienes terminaron con los hooligans

Steve Powell, miembro de la Federación de Hinchas de Inglaterra y Gales, relató cómo se finalizó con la violencia en su país; admite que el caso argentino es distinto por la convivencia que existe con la política. 

Por Germán Leza

"Disculpen mi castellano", se excusa Steve Powell, integrante de la Federación de Hinchas de Inglaterra y Gales, en una charla abierta que brindó en el barrio de San Telmo. La asociación a la que pertenece fue clave para impulsar medidas que finalizaron con la violencia en las canchas, especialmente de los hooligans. Su castellano es lo suficientemente claro como para explicar cómo consiguieron pacificar el fútbol de su país.

"Pasión sí, violencia no", dice Powell que fue uno de los pilares de la filosofía de la ONG que nació en 2002 y que hoy tiene voz y voto en la Asociación del Fútbol Inglés (The Football Association).

"Lo mejor del hincha argentino es la pasión y lo peor es la violencia", responde ante una de las preguntas en el debate organizado por Salvemos al Fútbol y en el que también participó el periodista Gustavo Grabia. Powell cree que lo ideal es un punto medio y que se puede conseguir.

Pero es conciente que la problemática argentina es distinta. En Inglaterra, los hooligans no "existía una relación de convivencia con la política". Aclara que el factor fundamental para terminar con la violencia es "una verdadera justicia". "El que está procesado no entra a la cancha", dice Powell.

Asegura que "la prevención" es más efectiva que "la pena", y que es por ello que el sistema de cámaras que se instalaron en los estadios fue esencial para terminar con la violencia.

Integración social sí, entradas más caras no. Además, desterró algunos mitos que aseguran que las entradas más caras y el público sentado ayudaron a finalizar con hechos criminales. "Mucho más importante es la integración social", afirmó Powell.

"El aumento de tarifas no previene la violencia en las canchas", asegura. Es más, en Inglaterra y Gales generó que los jóvenes asistan poco a los partidos, y por lo tanto considera que "la pasión se perdió" en parte por ello. La edad del hincha promedio inglés es de 40 años y "va en aumento", dice Powell.

También cree que debería haber un espacio para que el público esté parado y no todos sentados: "Estamos completamente en contra de esta política", afirma. Citó el caso alemán donde existen lugares para estar sentado y otros para ver el partido de pie.

Los dueños de los clubes, amos y señores del fútbol. En la máxima categoría de Inglaterra, los clubes son sociedades privadas, mientras que en el resto de las ligas mayoritariamente son sociedades civiles. A estas útlimas adhieren fervientemente la Federación de Hinchas de Inglaterra y Gales.

3.000 millones de dólares es lo que cobran los clubes más poderosos de Inglaterra, quienes están en la Premier League, por los derechos de televisación. Mientras que el resto de las instituciones sólo recibe 300 millones. Ese peso económico compensa la minoría política que son los clubes de la Premier en la Football Association (FA), y según asegura Powell "son más importantes que la FA".

Sin embargo, a través de la Federación de Hinchas de Inglaterra y Gales, que tiene voz y voto en la FA, consiguieron por ejemplo, que no puedan cambiarse los horarios de los partidos, salvo con seis semanas de anticipación.

No es sencillo. Pero hay que "ser organizado y unificado" para conseguir logros, asegura Powell, quien alienta la unificación de los hinchas para luchar por sus intereses.

DIARIO LA NACIÓN (www.canchallena.com.ar)

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