miércoles, 27 de abril de 2011

Si te preguntan qué es la mística, contestá Ruso Prátola






Por Juan Pablo ferrari

Mística, una cuestión sagrada en Estudiantes.

Apelar a esa palabra implica retroceder en el tiempo y disfrutar de una barrida del Ruso Prátola.
Es sobreponer las virtudes del carácter por encima del talento.

Es infancia en Tolosa, con crudos inviernos y cálidos veranos.

Ir al piso a trabar una pelota, sin importar que en los ‘90 las canchas no lucían ese pasto acolchonado que muestran hoy.

Es desconocer el miedo e ir al frente en la cancha de Gimnasia, sin importar lo que pase en la tribuna visitante.

Es ganar en el área del arco de 55, para poner al equipo de Garisto como único puntero en el Clausura ‘93 aquella tarde del 5 a 1 con Racing.

Es comerse el descenso y la marcha del silencio. Pero también es lucir la cinta de capitán en el ascenso y convertirse en el abanderado de la vuelta.

Es escuchar a Fito Páez con su Mariposa Tecnicolor y volver a ver esa sonrisa transparente y esa mirada de cristal.

Es marcarle un gol a Boca en la cancha de Independiente aquella calurosa noche de diciembre, para dejar al equipo del Profe Córdoba con 1,000 de promedio en el Apertura ‘95.

Es, al fin de cuentas, el símbolo de la mística contemporánea. Esa que Sebastián Verón sigue inmortalizando en cada vuelta olímpica con esa remera: “Ruso, estás con vos”. Es también esa melodía que acompaña al equipo como un grito guerrero que llega desde el más allá: “Vamos Pincha, ponga huevos, porque el Ruso alienta desde el cielo... ”.

DIARIO HOY

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